Muchas relaciones se agrían o incluso concluyen cuando la defensa del interés personal se vuelve un tema prioritario. La calidad de vida de la pareja depende de cómo se gestionan esos conflictos.
La visión romántica del amor nos ha hecho soñar con una pareja en la que ambos ejercen el poder de modo igualitario y en la que toda decisión es consensuada entre los dos. Cuesta confesarlo, pero la mayoría de nosotros hemos creído, en alguna ocasión, que esto era posible. Bastan unos meses de convivencia, no obstante, para sumergirse en una realidad bien distinta en la que, al menor desacuerdo, cada uno empieza a luchar por hacer valer su voz, defender su postura o lograr que sea el otro quien ceda primero. Mil situaciones cotidianas dan fe de una lucha, hasta cierto punto natural e inevitable, por imponer la propia visión de las cosas –por hacer «entrar en razón» al otro o por lograr el mejor acuerdo posible en una negociación que, en más de una ocasión se antoja, cuanto menos, fastidiosa. No tendríamos estos problemas si fuésemos clones pero no es así. Quienes viven en pareja saben bien que, a menudo, somos más que distintos en la mayoría de las cosas y, sin embargo, seguimos juntos. Este es el gran misterio de la vida en pareja; más allá de nuestras humanas luchas de poder, de nuestros malentendidos y desencuentros, vale la pena llegar a esa tierra común, a esa compenetración lograda a base de negociaciones, sentido de la realidad y, por supuesto, grandes dosis de amor como un eficaz antídoto del poder.
5 secretos para el éxito de la pareja
Aunque la unión es uno de los objetivos de la pareja, eso requiere que cada miembro conserve su autonomía y respete al otro. Ofrecemos cinco pautas para ello:
1)Distingue entre la persona y sus actos. Esto te ayudará a no confundir tus sentimientos sabrás que le quieres aun cuando pueda no gustarte algo que ha dicho o hecho y te permitirá formular las críticas de manera constructiva (sin juzgar).
2)Confía en ti y en tu capacidad para expresar tus necesidades, escuchar al otro y negociar. Sé autónomo. No establezcas relaciones de dependencia ni esperes a nadie que te complete. 3)La pareja no está compuesta por dos medias naranjas sino por dos naranjas enteras que conviven en un mismo cesto. Así, ¡la cantidad de zumo es mayor! 4)Expresa el afecto. Sin afecto nada tiene sentido
y todo se hace más cuesta arriba. Si te gusta algo de lo que ha dicho o hecho, díselo; si amas a tu pareja, muéstralo. Bésala, abrázala, regálale palabras estimulantes...
5)Acepta la posibilidad del error. Así tendréis más posibilidades de resolver los conflictos de manera constructiva. Ninguno de los dos es perfecto. En alguna ocasión te enfadarás sin motivo, expresarás la crítica con un tono poco adecuado, te dejarás llevar por el enfado... Si ello ocurre, espera a estar más calmado, pídele disculpas de manera sincera y vuelve a intentarlo. Bendiciones para todos Etiquetas: Parejas |
No creo que relación alguna pueda ser 100% equilibrada... Como decía una canción: "...en el amor siempre hay uno que ama más..."... El carácter de cada quien también interviene... En mi caso, soy mandona, cosa que puede traer problemas si no lo sé manejar...
Creo que si se ama y se está consciente de las limitaciones emocionales que se tienen se puede trabajar en conjunto para resolver lo que sea...
Me gustó tu Blog :-)