5/07/2006
EL PODER DE LAS PALABRAS

Cuántas veces nos expresamos por medio de nuestras palabras al cabo del día. Es algo que hacemos de manera mecánica, sin poner atención en lo que decimos, ignorando la trascendencia y el alcance que nuestras palabras tienen y su poder creador.

Vivimos en una época muy especial, todos nos estamos dando cuenta. El paradigma de un Universo mecánico ya pasó, y estamos emergiendo hacia un despertar de una nueva conciencia individual y planetaria, en la que el mundo que experimentamos, nuestra realidad, no está separada de nosotros; y tal vez también nos hayamos dado cuenta de que la materia, lo que llamamos mundo físico, tampoco está separado del Espíritu.

Si la materia es la expresión del Espíritu Creador que se manifiesta o cristaliza en el mundo físico, no existirá ningún obstáculo para comprender que lo que vivimos como realidades físicas, son los efectos de una determinada expresión creadora que sería la causa. Por lo tanto, resultaría bastante lógico que actuar en el nivel de los efectos, en nuestras vidas cotidianas para intentar cambiar nuestras vidas, para ser felices y experimentar la vida en plenitud que todos estamos llamados a expresar, no es la clave para el cambio. El cambio real solo podrá sobrevenir como consecuencia de una transformación de nuestro interior que es la causa de nuestras vivencias. Sean las que sean. No hay excepciones. Porque vivimos en un Universo sensible y no estamos separados de él. Somos Uno con el Todo.

De manera que nuestra actitud ante la vida, ante nosotros mismos y ante los demás, determina la calidad de vida a la que podemos aspirar. O lo que es lo mismo, nuestro estado de conciencia es lo que vivimos expresado en realidades. Somos el origen de nuestra realidad. Y nadie más lo es.
Sería un posicionamiento inteligente ante la vida, el aceptar primeramente que no hay culpables de nuestras experiencias desdichadas, y por mucho que nos resistamos a aceptarlo, solo nosotros somos los responsables. En consecuencia, en lugar de distraernos en buscar fuera la causa de nuestros problemas, podríamos iniciar un giro radical hacia dentro de nosotros mismos y observar que solo si nosotros cambiamos, podremos cambiar nuestra realidad. Esto afecta a la totalidad de nuestra vida, pues nada es ajeno o queda suelto al azar. Todo depende de nosotros mismos. De nuestro estado interno.

Hoy es ampliamente aceptado el enorme poder del pensamiento como una realidad. El pensamiento es creador. Es energía que pugna por materializarse, porque esa es la naturaleza del pensamiento y además es una Ley Universal, el Mentalismo de las enseñanzas Herméticas.
Expresamos nuestros pensamientos a través de palabras que ponen en marcha aquello mismo que estamos expresando. Cuando éstas salen de nuestra boca, no nos damos cuenta, pero despues nos lamentamos ante situaciones no deseadas. Y con estos lamentos, seguimos expresando o afirmando una realidad que no deseamos, pero hacia la que apuntan nuestras palabras, que son el vestido de nuestros pensamientos.

Expresiones de rechazo de crítica o desagrado hacia nosotros mismos, hacia los demás o hacia el mundo entero, nos hunden más en la espesura de la que queremos salir. Y el Universo responde a nuestras expectativas, sean las que sean, aunque de momento, lo ignoremos.

Con nuestras palabras podemos dar ánimos, ayudar, construir. Y con ellas podemos hacer todo lo contrario: herir y criticar. Podemos tener hacia nosotros mismos, palabras duras, destructivas, amenazadoras, que nos deprimen, nos entristecen, nos amargan.

Y qué decir de las palabras descontroladas que podemos lanzar hacia los niños, haciéndoles con ellas ser los creadores de sus futuros dramas si llegan a creerlas, pues creer es crear.
¿Sería suficiente para tomar conciencia del poder de nuestras palabras ver la sonrisa en el rostro de un niño cuando recibe aprobación y amor? ¿ Ver cómo es capaz de superarse en lograr y alcanzar cualquier meta solo con el estímulo de una palabra amorosa y dulce?

¿Y qué hay de ese niño interno que cada uno de nosotros llevamos, por qué seguir creando más dolor? ¿Por qué no empezar a darnos ese Amor que tanto hemos necesitado y que por inconsciencia no nos han podido dar? ¿Y por qué no perdonar también el que no nos lo dieran?
¿Por qué no nacer de nuevo, si cada día es una promesa...? ¿Por qué no aspirar a aquel Reino de los Cielos que, según Jesús de Nazaret, está dentro de nosotros? Usemos nuestras palabras para expresar Amor, aprobación, aceptación. Cantemos a la Vida. Endulcemos nuestras vidas con la ternura del Corazón, porque sin duda, todo cambiará para mejor.
Escrito por Mente Cuerpo Y Emociones @ 5/07/2006 07:19:00 a.m.  
2 Comentarios:
  • At 5/08/2006 10:36 a.m., Blogger Joalfred said…

    Tienes toda la razon cuando dices que "Con nuestras palabras podemos dar ánimos, ayudar, construir. Y con ellas podemos hacer todo lo contrario: herir y criticar. Podemos tener hacia nosotros mismos, palabras duras, destructivas, amenazadoras, que nos deprimen, nos entristecen, nos amargan."
    Y eso es mu cierto el poder que tienen las palabras es mucho mas poderoso que pudiera tener otra cosa, por ejemplo a muchos de nsotros nos gustaria o preferimos que nos hieran con un cuchillo a que lo hagan con palabras, y es el cuchillo deja cicatrices pero eso se olvida ya despues esa cicatris pasa desapercivida , en cambio la cicatriz que dejan las palabras no se olvidan. Te felicito por tu post hace reflexionar mucho.. por cierto me gustaria compartir contigo una historia que publique en mi otro blogs....

    Tropecé con un extraño que pasaba y le dije “perdón”.Él contestó “discúlpeme por favor; no la vi...”Fuimos muy educados, seguimos nuestro camino, nos despedimos.
    Más tarde, al estar cocinando, estaba mi hijo muy cerca de mí. Al darme vuelta casi lo golpeo, "¡Quítate!" le grité; él se retiró dolido, sin que yo notara lo duro que le hablé.
    Estando todavía despierta al acostarme, Dios me dijo suavemente: "Trataste al extraño cortesmente. Pero abusaste del niño que amas.Ve a la cocina y encontrarás unas flores en el piso, cerca de la puerta.Son las flores que cortó y te trajo, rosa, amarilla y azul. Estaba calladito para darte la sorpresa y no viste las lágrimas que llenaron sus ojos."
    Me sentí miserable y empecé a llorar.Suavemente me acerqué, me arrodillé junto a su cama y le dije:"Despierta, pequeño, despierta... ¿Son éstas las flores que cortaste para mí?"Él sonrió y dijo: "Las encontré junto al árbol. Las tomé porque son bonitas como tú, en especial la azul.""Hijo, siento mucho lo que hice, no te debí gritar"... Él contestó, "Esta bien mami, yo te quiero de todos modos.""Yo también te quiero, y me gustan las flores, especialmente la azul".

    Toma en cuenta que si morimos mañana, en cosa de días la empresa cubre el puesto. Pero la familia que dejamos sentirá la pérdida por el resto de su vida. Piensa en ello, nos entregamos más al trabajo que a nuestra familia...¿No crees que es una inversión poco inteligente...?Entonces, ¿Qué hay detrás de esta historia?¿Sabes lo que significa FAMILIA en inglés?

    "FAMILY":

    F ather
    A nd
    M other
    I
    L ove
    Y ou
    ("Papá y Mamá, yo los amo")

    http://momun-historias.blogspot.com/

     
  • At 5/13/2006 9:32 p.m., Blogger Javier said…

    Muy buen post Manuel, ciertamente la palabra tiene un poder muy grande y debemos emplearla para construir y dar animo. saludos :)

    Joalfred: me conmovio tu historia, es un ejemplo del poder de las palabras, el amor y el perdon, saludos :)

     
Publicar un comentario
<< Home
 
 
Quien soy
Mi foto
Nombre: Mente Cuerpo Y Emociones
Ubicación: Kendall, Miami, United States
Escritos Anteriores
Escritos en el tiempo

Lo que suelo pensar

"Si no quieres seguir obteniendo lo que estas obteniendo, No sigas haciendo lo que estas haciendo", "Bendiciones para todos".

Lo que me gusta visitar
Sitios donde hago Ping
15n41n1
Blogalaxia
© 2004 namakamu.blogspot.com