Haga una pausa de diez minutos por cada dos horas de trabajo, a lo máximo. Repita estas pausas en su vida diaria y piense en usted, analizando sus actitudes.
Aprenda a decir “no”, sin sentirse culpable, o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.
Planee su día, pero deje siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de usted.
Concéntrese en una tarea a la vez. Por mas ágil que sean sus cuadros mentales, usted se cansa. Olvídese de una vez por todas que usted es indispensable en el trabajo, casa, o grupo habitual. Por mas que eso le desagrade, todo camina sin su actuación, a no ser usted mismo.
Déje de sentirse responsable por el placer de los otros. Usted no es la fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.
Pida ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.
Separe problemas reales de los imaginarios y elimínelos porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.
Intente descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que puede conseguir en la vida.
Evite envolverse en ansiedades y tensiones ajenas, en lo que se refiere a ansiedad y tensión. Espere un poco y después retorne al diálogo y a la acción.
Su familia no es usted, está junto a usted, compone su mundo pero no es su propia identidad. Comprenda qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evite el movimiento y la búsqueda.
Conozca la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierda el sentido de la importancia sutil de salir a la hora correcta.
No quiera saber si hablaron mal de usted, ni se atormente con esa basura mental. Escuche lo que hablaron bien de usted, con reserva analítica, sin creérselo todo.
La rigidez es buena en las piedras no en los seres humanos.
Una hora de inmenso placer sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa mas que el sueño. Por eso, no pierda una buena oportunidad de divertirse.
Tenga presente siempre sus tres grandes e invaluables amigas: Intuición, Inocencia y Fe.
Entienda de una vez por todas, definitivamente y en conclusión que usted es lo que usted haga de sí mismo.
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Muy buenos consejos.