12/28/2005 |
LUCHE CONTRA EL ABURRIMIENTO DE SUS HIJOS |
El aburrimiento, por lo general, está relacionado con la abundancia de cosas. No nos referimos simplemente a la opulencia material - quién no conoce a esos niños o niñas que poseen un cuarto lleno de juguetes, libros, peluches y, por supuesto, un televisor, X-box . También aludimos a la abundancia de actividades rutinarias que le producen un agotamiento físico y mental a los chicos, el cual tiende a reflejarse cuando los mismos tienen un tiempo libre y nos reclaman con algo similar a las tres frases mencionadas al principio de este artículo. El siglo XXI ha hecho que nuestros hijos se hayan acostumbrado a tener una agenda de actividades tan ocupada, quizás hasta más atareada, que la de nosotros. Actividades que calificamos como especiales - clases de karate, tenis, baloncesto, fútbol, baile, algún otro idioma, natación, entre otras - y que como padres le hemos impuesto a nuestros hijos - ya sea porque queremos que ellos aprendan un poco de todo mientras crecen, o porque nuestra situación laboral no nos permite encargarnos de ellos en las horas de la tarde y tenemos que inscribirlos en estos tipos de talleres para hacer tiempo - hacen que los mismos vivan una especie de doble jornada: la escolar y la de actividades especiales. Ambas tienen sus esquemas a seguir y resultados por lograr, y las dos son igualmente culpables de desarrollar, lo quieran o no, el aburrimiento de nuestros hijos. ¿Cómo puede ser posible esto? Porque la necesidad pone en marcha al mecanismo delingenio y cuando se le pauta una agenda súper elaborada a un niño o una niña esta necesidad disminuye y hasta cesa de existir. Por ende, cuando ninguna de las dos jornadas está en ejercicio, es decir, cuando sus hijos verdaderamente tienen tiempo libre, ya no saben qué hacer y se aburren fácilmente. ¿Cómo se lucha entonces con el aburrimiento? Tomándose las cosas con calma. No es recomendable que usted, como padre, erradique todas las actividades especiales de la vida de sus hijos, ya que, por una parte, ellos o ellas tal vez hayan demostrado algún interés particular por una de estas mismas actividades - cosa que usted debería fomentar y aprovechar en un cien por ciento - y, por otra, porque las actividades especiales de cierta forma alejan a nuestros hijos del encerramiento hogareño y del acceso ilimitado a la televisión, elementos que son los brazos derecho e izquierdo del cuerpo del aburrimiento. Al contrario, si es recomendable que le alivie un poco la agenda a sus hijos y que busque las maneras de retornar al ocio inventor - aquel donde usted ayuda a sus hijos a distinguir cuáles son sus deseos y lo qué busca en distintos momentos - y de fomentar iniciativas de creatividad y aprendizaje, sin depender de la ayuda de terceros. ¿Qué más se puede hacer? Síga estos consejos:
Esté disponible para participar en el tiempo libre de sus hijos y trate de mostrarse activo y alegre a su alrededor. Mantenga su perspectiva clara: no se trata de divertirlos por un rato y esperar que dejen de quejarse por el resto del día; se trata de aprender de ellos y de que ellos aprendan de usted. Motive el disfrute de la compañía padre/hijo, madre/hija - o una mezcla de ambas - contagie el espíritu de sus hijos con esa energía positiva, con ese motor del juego, y transmita la identificación familiar. No se enoje a las primeras reacciones negativas. Si usted, por ejemplo, propone un juego de lápiz y papel - típicos juegos del siglo XX - y, un poco después de haberlo iniciado, sus hijos le dan señales clásicas de tedio, entienda que la doble jornada probablemente ha afectado los deseos de sus hijos y que estos deben de carecer, momentáneamente, el afán del juego. |
Escrito por Mente Cuerpo Y Emociones @ 12/28/2005 09:52:00 a.m. |
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